LA IMPORTANCIA DE LA CALIDAD DEL AIRE EN LOS ESPACIOS CERRADOS

Desde hace unos meses, debido a la segunda oleada de la COVID-19 y con la finalidad de poder mantener la actividad en espacios cerrados de cara al invierno, desde todos los foros de salud e higiene se refuerza la apuesta por nuevas medidas enfocadas a mejorar la calidad del aire en espacios interiores cerrados como oficinas, centros educativos, centros sanitarios, grandes y pequeños comercios, medios de transporte, recintos deportivos, locales de restauración y ocio, …
Y es que los aerosoles se nos presentan como un elemento importante en la propagación de los virus, no sólo del Sars-CoV2, sino cualquier virus respiratorio.
¿Qué son los aerosoles?
Los aerosoles son pequeñas partículas (sólidas o líquidas) de tamaño inferior a 100 micras que se quedan flotando en el aire por cierto tiempo, de minutos a horas, dependiendo de diferentes factores y que pueden ser inhaladas y, si contienen el coronavirus, producir el contagio. Las personas generan aerosoles de forma permanente, al respirar, hablar, toser, gritar o cantar.

Quedan en suspensión durante horas flotando y alcanzan mayor distancia, pudiendo llenar los interiores mal ventilados.
Recomendaciones
Lo ideal es evitar pasar mucho tiempo en un sitio cerrado, pero si no podemos evitarlo, deberemos poner en marcha todas las medidas de prevención a nuestra disposición, es decir, el uso de mascarillas siempre homologadas, el mantenimiento de la distancia de seguridad y la higiene continua de manos y objetos de uso común, además de medidas específicas para asegurar la correcta calidad del aire.
- Ventilar el espacio cerrado habitualmente: se trata de conseguir que se introduzca la mayor cantidad de aire limpio en el espacio cerrado. Se puede hacer abriendo puertas y ventanas cuando esta sea la única opción o con sistemas de ventilación, siempre que estos eviten las recirculaciones o reintroducir aire que contenga aerosoles.
- Medir el nivel de CO2: al respirar exhalamos dióxido de carbono y medir sus niveles de concentración permiten saber si la renovación del aire es la adecuada. Para ello debemos utilizar equipos de verificación de la calidad del aire.
Existen distintos estudios que confirman que el CO2 es un buen indicador de la calidad del sistema de ventilación: «Cuando facilitamos un elevado intercambio de aire, se obtienen bajas concentraciones de CO2 y niveles de concentración bajos de aerosoles. Si la concentración de aerosol es menor, disminuye la dosis de aerosol que una persona en la habitación inhala. Por lo tanto, el riesgo de infección también es menor.»
- Usar sistemas de purificación del aire con filtros que retienen las partículas.
Desde Amara seguimos apostando por la protección, la higiene y los controles de calidad del aire para que entre todos podamos seguir con nuestra actividad, cuidándonos y cuidando a los demás.
Consúltanos sobre los equipos de protección individual y equipos de verificación de la calidad del aire, más recomendados para tu actividad.
Y sigue cuidándote.